Queso de origen holandés, característico por su color amarillento y textura dura debido a su maduración.
Un queso perfecto para aperitivos y flexible a las preparaciones dulces y saladas.
Queso tradicional de la cocina italiana. Un infaltable en la cocina y en la mesa, tanto en su versión en bloque como en tajadas o lonchas finas.
Un sabor excepcional y básico para las pastas, sándwiches y pizzas.
El parmesano o parmigiano reggiano.
Es un queso creado en la edad media y que desde entonces ha acompañado las mesas y los paladares de las familias del mundo.
La grasa de su corteza le permite ser utilizado para dar un sabor final a las prepaciones o para fundirse.
Su forma más común para el mercado es rayado.
Queso fresco, semiduro y graso, elaborado con leche de vaca pasteurizada. Su apariencia es rugosa, con orificios propios del proceso de desuerado, su sabor es suave, ideal para acompañar cualquier receta del día o para ser usado en procesos de pastelería.
Queso fresco, semiduro y graso, elaborado con leche de vaca pasteurizada. En su superficie posee orificios bien definidos, propios del proceso de prensado. Su sabor es salado, haciéndolo ideal para acompañar platos tradicionales o bien en preparaciones de panadería.
Queso madurado, duro y semigraso. Tiene tonalidad anaranjada, obtenida de manera natural por el proceso de maduración. Su sabor es agrio, lo cual lo hace ideal para procesos de maridaje . Su textura gratina cuando adquiere calor, haciéndolo buen complemento en comidas rápidas y ensaladas.
Mezcla de quesos madurados rallados: parmesano duro, semigraso y gouda semiduro y graso (50% – 50%). Su combinación intensifica el sabor en las comidas, haciéndolo ideal para pastas, sandwich, ensaladas y todo tipo de plato al que se le requieran resaltar los sabores en el paladar.